Hace un tiempo publique aquí mismo “Un papel al viento”, se trató de un texto que me llegó, por casualidad, luego decidí publicarlo para que siga “volando” por éste espacio. Recientemente entró a mi casilla de correo este envío. No se aclara allí el remitente ni otro detalle. Tampoco pude enviar una respuesta con las preguntas obvias que merece la situación. De todas maneras interpreté que hubo una aprobación de la difusión dada al “papel”, de manera que, lo hago nuevamente…
Tuve la intuición clara que quienes escriben esto son varias personas, quizás se trate de gente común que desde algún lugar están tratando de ayudar, o por qué no, algún tipo de místicos anónimos intentando influir favorablemente en nuestra vida…
“Navegamos en un planeta que luego de 365 días completa una vuelta al sol, ese ciclo está compuesto por 12 partes que muestran a su modo el momento en que transitamos en el viaje. El sol es el astro que ilumina y da vida al planeta. Ésta estrella maravillosa tiene su contraparte: la luna, ésta durante 28 días se modifica 4 veces, cada 7 días y brilla en la noche, gracias a la luz del sol, éste ciclo menor está dentro del anterior de 12.
Si bien, nuestra vida está aquí y depende de lo que la tierra provee gracias a esas dos grandes influencias, nada de esto justifica lo que hacemos y lo que no hacemos. Las “leyes” de vivir junto a otros seres dependen de nosotros, sin embargo eso se da siempre, en las condiciones antes mencionadas. Cuando actuamos con sentido o sin él, esto no se cambia sí es de día o de noche, verano o invierno.
Se ha dicho que cada ser humano tiene que descubrir en sí mismo cuál es su sol y su luna, pues uno le dará sentido y claridad y la otra influencias incontrolables y a veces oscuras…
Durante miles de años se ha planteado una lucha entre éstas dos fuerzas, tratando de salir de una influencia para ser acogido por la otra, la oposición ha tenido diferente nombre.
Ahí estábamos en medio de una fuerza lejana pero cálida y de otra cercana y fría. La primera con una influencia que llega desde muy lejos y que durante pocos momentos se la puede mirar y la otra que cada noche se muestra cambiante, cercana y su contemplación seduce…
Podríamos decir que la Vidita (lo personal) esta abajo y la Vida (el ser humano, la historia) arriba, y cada cual podrá darle nombre propio. También si se quisiera, se podrá dejar ese planteo antiguo, de lucha entre esas fuerzas y transformarlo en unidad de los opuestos. Para que ésta unidad se dé tiene que haber comprensión y equilibrio, tiene que rechazarse la contradicción y poner en marcha la búsqueda de la unidad. Se puede estar entre las dos influencias y darle a cada una, lo que le pertenece. Ahí no está el asunto, el tema está en hacerlo sin contradicción, sin división interna.
Hay una puerta para disipar la contracción y hay Principios que pueden ser tu guía a fin de reflexionar sobre tu vida y las situaciones en las que estas involucrado y así encontrar salidas unitivas eludiendo la contracción…”
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