Una visión sobre la Medicina

Proliferan medicinas alternativas seguramente acompañando las mezclas de culturas en el proceso de mundialización y, además, se suma el avance tecnológico y su aplicación en los distintos campos de la ciencia.
También han resurgido en las distintas búsquedas humanas “conocimientos milenarios”, que ante la falta de claridad en el futuro regresan con vigor mezclándose con las nuevas tecnologías y el “decir” de la época.

Estos conocimientos adquiridos a lo largo de siglos, nuevas tecnologías y por qué no, una pizca de conciencia mágica, configuran la mezcla de estas diferentes “nuevas” tendencias…

Ahora bien, son inobjetables los conocimientos de la ciencia sobre el funcionamiento del cuerpo, sus “sistemas”, su química. Este “saber”, hoy con nuevas prótesis “penetra” aun más en sus secretos, pudiendo contar con fotografías internas de gran definición y por supuesto videos y filmaciones del interior del cuerpo humano, citando esto como ejemplo de una infinidad de adelantos en estas materias.

También hoy se familiarizan los sabios de unas culturas con las tradiciones de otras. Por ejemplo médicos de occidente, formados en la tradición griega y occidental de la medicina, incorporan conocimientos de la tradición china y sus matices. Por supuesto que también se da lo contrario.

A su vez esto tiene un sin número de detalles e inclusiones de aspectos menores de otras culturas antiguas y por supuesto de la “cultura tecnológica”.

Ahora bien, está pendiente que se configure una visión de la medicina que parta de la concepción siloista del cuerpo humano y su interioridad. Es decir la “hermandad” entre mente y cuerpo. Descrita en la teoría de la traducción de impulsos, la imagen y el espacio de representación. La energía, la fuerza y su circulación, ausencia de ésta o concentración en diferentes puntos, etc., etc.

Creo que partiendo de esta visión, se pueden ponderar los conocimientos de las tradiciones, sumados a los avances tecnológicos, con una dirección clara, integradora y sintética de este confuso pero rico momento de crisis y convergencia.


Pablo Fernández
Febrero 2012