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Reflexiones en torno al cuerpo

viernes, 25 de octubre de 2013

Al levantarme, recordé un sueño pero no pude escribirlo y más tarde, con el correr de las horas, fue totalmente olvidado, aunque me quedo una sensación poco precisa de que había sido interesante.

Durante el día trate de recordarlo, pero nada, no tenía ninguna imagen, ni “titulo”, ni tema…

Esa noche me dormí con la intención de “rescatarlo” y poco antes del nuevo despertar, a la mañana siguiente, apareció con claridad nuevamente. Obviamente ahora sí, me tome un tiempo para escribirlo y aquí está, con las reflexiones que surgieron en el sueño y otras que al escribirlo aparecían como concomitantes al tema y al punto de vista en el que estaba.

El sueño tenia características no habituales, pues era como si reflexionara en él. Esta “reflexión” se refería al cuerpo, reparando exclusivamente en todos aquellos momentos donde lo “castigue” de diferentes modos, ubicando en él, de algún modo, el objeto de alguna venganza o de la frustración o del sin sentido en general. Esto me llevo a registrar un consciente arrepentimiento ante esa relación incoherente e irracional con mi propio cuerpo que de un modo mecánico y tal vez cultural fue parte de mi biografía.

Esta experiencia en relación a mí mismo, me llevo a plantearme el tema y para comenzar, recordé a los inquisidores y sus torturas a los cuerpos de “pecadores” y seguramente con menor intensidad a sus propios cuerpos a través de la flagelación…

Más allá del “maltrato” psicológico que a través de “malos pensamientos” y sus emociones que claramente impactan en el cuerpo, también, a través de excesos de diferentes tipos se agrede al cuerpo.

Ahora bien, hubo muchas ocasiones donde el esfuerzo físico estuvo presente, muchas veces a través del deporte. Esto es muy diferente al “mal trato”.

El esfuerzo gustoso fue y es dignificante, como si en algún punto al cuerpo le gustara también superar límites y acompañara al resto de uno.

Hay muchas veces que en uno se da una idea de “bloque”, como si uno fuera una sola cosa, a veces lo que siento, a veces el cuerpo, a veces lo que pienso, etc. Esta concepción es inadecuada, porque no tiene en cuenta la realidad estructural de la que formo parte.

Esta idea de bloque, se expresa por ejemplo cuando alguien dice: “soy diabético”, “estoy mal”, etc. Donde se considera que todo “uno” es eso, cuando en un caso es el cuerpo el que tiene una afección y en el otro ejemplo, puede estar bajo los efectos de algún clima emotivo desagradable o más simplemente, hace horas que no descansa…

También hay otro mal emplazamiento desde la idea de que los componentes son compartimentos estancos, separados y en oposición. Cuerpo y mente, por ejemplo. “El cuerpo es el enemigo del espíritu” afirmaban ciertos “personajes”, había que negar al cuerpo para desarrollar el espíritu. Es decir se planteaba una dicotomía.

Ésto también se expresa en la separación de mundo externo y mundo interno, o lo personal y lo social, etc. Mostrando claramente como determinados planteos postergan algún elemento de la estructura o bien lo niegan, buscando la “salvación personal” o negando lo personal “entregándose a alguna causa”, etc.

En síntesis creo que culturalmente y mecánicamente se “adhiere” a algún, o aleatoriamente a varios planteos inadecuados. Es necesario repensarlo a partir del propio reconocimiento para encontrar una “referencia” nueva y clara para la propia vida.

En la Doctrina siloísta se hace referencia en diferentes textos a la idea de estructuralidad, se parte de una Ley Universal que plantea éste fenómeno.

Silo nos plantea el fenómeno de la estructuralidad, que no es una idea original simplemente, sino que parte de la experiencia, cosa que nos permite a todos, comprobar por la misma vía, lo verdadero de ese planteo.

Ésta estructuralidad, creo que es explicita en el siguiente parágrafo de “La Mirada Interna”, donde a mi criterio, queda definida íntegramente esa estructura:

“Aquí hay alegría, amor al cuerpo, a la naturaleza, a la humanidad y al espíritu.” (1)

Recuerdo también la frase final de la Arenga “La Curación del Sufrimiento”, que dice:

“A ti, hermano mío, arrojo esta esperanza, esta esperanza de alegría, esta esperanza de amor para que eleves tu corazón y eleves tu espíritu, y para que no olvides elevar tu cuerpo.” (2)

Se plantea claramente aquí la “solidaridad” entre estos componentes, esta es una característica propia de una estructura, donde los componentes son diferentes entre sí, pero en estrecho vinculo, participan de manera estructural de un proceso. Mostrando que a la modificación de uno se modifica todo el conjunto.

El caleidoscopio es un lindo juego para ver este comportamiento estructural.

Creo que en la experiencia guiada “La protectora de la vida” (3), hay conceptos que aclaran el significado y dan dirección a la propuesta de “elevar el cuerpo”.

Textos consultados(1) Silo, Obras Completas, Volumen I, Humanizar la Tierra, La Mirada Interna.
(2) Silo, Obras Completas, Volumen I, HABLA SILO, Recopilación de opiniones, Recopilación de opiniones, comentarios y conferencias.1969-1995.
(3) Silo, Obras Completas, Volumen I, Experiencias Guiadas, La Protectora de la Vida

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