"Fue completado el primer anillo, cuando el segundo y el tercero sean completados y ocupen su lugar, crecerá la esperanza de que fuerzas celestes ayuden en el milagro, de hacer con los tres, solo uno, será el anillo del más hermoso y fuerte metal."
Canto I
Anduve perdido en lucha entre lo terreno y lo eterno, hasta que lo comprendí, no es luchando, como enseña la cultura y la educación, sino en mixtión con su equilibrio y amor, integrando lo opuestos en el embrión de la vida.
De lo femenino y lo masculino surge todo, esta unión entre opuestos, requiere de simpatía, atracción, diríamos nuestro amor, esto se experimenta en el corazón, esto es una imagen construida, nueva. De ellos dos y con amor nace, será el comienzo de la materialización de una interna y profunda imagen.
Con ciertas condiciones, tiempo y mortificación, para persuadirlos a cambiar su estado, los opuestos se mezclaran en algo nuevo, la paradoja de la vida, los opuestos en mixtión: la simiente de un nuevo ser.
Esta unión se dará antes del alba, cuando la noche se cubra de un manto de estrellas. Un cuervo volará dando la buena nueva.
Luego vendrá el tiempo del crecimiento y la maduración, en un líquido nutricio y al abrigo del magma que será su nodriza.
Descubrí que faltaba un fuego potente, que algo en mi interior, alejaba, frenaba, regulaba la intensidad del calor, hasta que se liberó el volcán y con su calor lo fue alimentando hasta que del caos surgieron los primeros colores que dieron la noticia del desarrollo del embrión, allí comenzaron a flamear las banderas que muestran la alegría de los que pacientemente esperan afuera de la tierra y cuidan la obra.
Luego las piedras rojas se mostraron en todo su esplendor anunciando que en el fondo de la mina a crecido ya nuestra imagen material y habremos producido nuestro propio mineral.
Todo creció, como debe ser, ahora es el tiempo de separar, de cortar aquello que lo debilitará, separarlo de su medio, dejarlo en las mejores condiciones para su desarrollo, así como intervenimos en la naturaleza para mejorar las cosas, lo haremos aquí, separando al “niño” del abrigo de su “hogar”, bajando a lo profundo de la mina. Nos quedaremos con él, su sal, su esencia, lo que es ahora. Lo sacaremos de allí y lo pondremos en un nuevo medio.
En su nuevo medio aprenderá, ira conformando su memoria, su identidad, su historia, para ello repetiremos tres veces la misma cosa para que su identidad no sea accidental, ni casual, tendrá una dirección y estará completo como ser independiente, tendrá su propia manifestación, nos ubicaremos entre el “grito” de un testigo y Saturno, allí estará la oportunidad.
La impronta del creador y sus condiciones de origen, estarán indefectiblemente en él y será como un espejo que nos devuelve la imagen.
Aquí podríamos dejarlo librado a su destino, como tantas cosas hay en la naturaleza en las mismas condiciones, pero que queremos? Dejarlo en manos del tiempo. Para que lo creamos? Hagámonos cargo de él y llevémoslo a buen recaudo, o es que el amor inicial no era tal? O acaso creemos que la vida mecánica será mejor suerte para él, porque si este es el caso sepamos que su vida también va a la muerte y que su tiempo se agotará.
No hay duda que si amamos lo que creamos, el camino de la “muerte” intencional es el mayor acto de amor, porque más allá de ella está la esperanza. Esta esperanza la podemos ir a buscar valientemente o la esperamos distraídamente mientras dura nuestro tiempo, no hay más opciones.
Si la decisión es la correcta, emprenderemos un trabajo costoso, oscuro, habrá que encarar la pérdida de las ilusiones que se irán evaporando hacia la nada, al lugar donde pertenecen. Lo que fue impreso en él, a través de las condiciones que le dieron origen, lo que le fue sucediendo a lo largo de su vida, la huella que dejó la impronta del artista, su paisaje, todo aquello que está en su alma y en su espíritu, aquello más o menos denso que le dio una identidad, una particularidad.
Ese espacio debe quedar vacío y tal vez logremos que esta vez sea llenado desde lo alto, desde los cielos, desde la esperanza. Si no tuviera aquello que ahora se trata de dejar, no tendría vida, sería sólo una imagen interna, una posibilidad. Pero es gracias a que Es, que podemos avanzar e ir quitándole todos aquellos “colores” que pintaron su nacimiento, crecimiento y vida.
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¡Épaaa!
ResponderEliminar:)
EliminarGracias Pablo!
ResponderEliminar:)
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