Algunos de estos cuentos son ficción y
responden a curiosidades que resultaron agradables de recordar escribiéndolas para dotarlas de algún contexto.
Otros son pequeños relatos autobiográficos que sin una
apariencia que lo justifique, describen situaciones que ponen en presencia de algunas
experiencias internas. Cosa que por otra parte todos podemos
reconocer en nuestra vida.
SE INTRODUJO UNA VEZ EN MI COMPUTADORA...
Hace algún
tiempo, en una lista de correo electrónico que compartíamos con muchos amigos,
se introdujo alguien que no lo era y lo manifestó de muy mala manera. Aunque la situación no fuera de gravedad,
surgieron en mí mecánicamente, sentimientos compulsivos e indignación.
Me propuse
darle alguna dirección a todo eso que me sucedía, “canalizarlo” diríamos…
Lo que
escribí más abajo sirvió como un modo de dinamizar las imágenes que se
agolpaban en mí y darles una salida nueva transfiriendo esas emociones hacia
otras más "altas"…
Este cuento
/carta esta dedicado a ese intruso.
Hola a todos,
antes que nada, pido comprensión, pues lo que voy a contarles no tiene ninguna
importancia. Más bien, me es inevitable comunicarlo, quizás por lo extraño de
la anécdota que paso a relatar.
Hace un poco más de 24 horas llego a mi casilla de mail un mensaje extraño.
Hace un poco más de 24 horas llego a mi casilla de mail un mensaje extraño.
No estaba
claro quien lo remitía, no se aclaraba nombre o algo parecido que sirva de
referencia. En todo caso provenía de la lista. Alguno de ustedes ¿también lo
recibió?
El mensaje en cuestión, utilizaba una palabra, que se refiere a la cría de la cabra (choto), poniendo a esta como algo bajo, descalificador y lo raro es que lo asociaba, con otra palabra que es un adjetivo calificador de lo impuro o inmundo.
Esta contradicción fue la primera señal, luego de la cual -seguía siempre mirando el monitor dela PC- éste comenzó a teñirse de un color parduzco que avanzaba hasta cubrir toda la
pantalla. ¡Imagínense el asombro!
El mensaje en cuestión, utilizaba una palabra, que se refiere a la cría de la cabra (choto), poniendo a esta como algo bajo, descalificador y lo raro es que lo asociaba, con otra palabra que es un adjetivo calificador de lo impuro o inmundo.
Esta contradicción fue la primera señal, luego de la cual -seguía siempre mirando el monitor de
De inmediato pensé
en alguno de los temibles virus, que parece andan por doquier en estos días y
cuando estaba repasando los nombres de estos malditos, tuve un impulso un tanto
irracional. Fui hasta el baño de la casa y mire el inodoro, comprobando que sólo había agua, luego de lo cual
y siempre siguiendo el mismo impulso, descargue el agua que contenía el tanque,
así el liquido del tanque se mezcló con el del inodoro, como debe suceder en todos
los baños (con botones, cadenas, manijas, baldes, etc.).
Hecho esto me
volvió la razón y mientras regresaba a la computadora vi que la pantalla, que
antes estaba oscurecida o amorronada, comenzaba a limpiarse al ritmo del agua
que corría en el baño a seis metros de distancia.
No sólo esto, también ese extraño mensaje se diluía junto a la coloración hasta desaparecer ambos por completo (el mensaje y el color marrón). Me quede pensando...
No sólo esto, también ese extraño mensaje se diluía junto a la coloración hasta desaparecer ambos por completo (el mensaje y el color marrón). Me quede pensando...
¿Qué relación
había entre el inodoro de mi casa, ese mensaje y el color marrón? Aun no
encuentro la respuesta.
Pero estoy
inclinado a creer que las redes del ciberespacio y las cloacales de mi casa en
algún punto se han cruzado…
HERMOSA NOCHE
Era una noche
de verano, pero no cualquier noche de verano.
El lugar estaba situado al noroeste de un país que esta bien al sudoeste de Europa, siempre tomando como referencia el planisferio conocido.
Supongo que ya tus imágenes encontraron la dirección. Bueno por allí.
Dada la zona y estación hacia calor, pero ese calor propio de esos lugares, que es seco, sereno y (para mí) muy agradable. Imagínate, caminaba mansamente por calles solitarias y tranquilas. No pasaban autos; no había gente, creo que todos dormían.
Allí estaba solo en una hermosa noche de verano, en ese raro lugar, que además estaba rodeado de altas sierras verdes y que el diáfano cielo enseñaba un múltiple tapiz de estrellas. Tenía la sensación de que la noche y sus estrellas, las sierras, el suave viento que llegaba desde lo alto y el silencio de la ciudad eran un espectáculo inmejorable, todo estaba bien y me sentía alegre y satisfecho, mientras seguía caminando en dirección a la casa que me hospedaba.
Poco a poco, todavía lejos, comienzo a advertir una rara figura que avanza hacia mí. Pero, exactamente hacia mí. El camino era ancho y de un duro terraplén. Al tiempo la rara forma va perdiendo distancia, dado que ella venia y yo iba.
Para mi sorpresa se trataba de un animal, un cuadrúpedo, era... un burro blanco!
Ya a pocos metros, el burro, se detiene, justo frente a mí, mientras serenamente y con pereza mueve su cabeza de lado a lado. Yo me quede paralizado, no era miedo, tal vez extrañeza. Me dije... solo falta que me hable... lamentablemente, no lo hizo…
Seguía parado allí, como mirando a sus lados, me corrí hacia el costado derecho y retome la marcha, a lo cual, el burro blanco, hizo lo propio, él en su dirección y yo en la mía. Cuando nos cruzábamos, lo mire con mucho detenimiento, con un deseo claro de recordarlo nítidamente.
Luego seguí mi camino, envuelto en esa risa solitaria, que uno desearía compartir con amigos.
El lugar estaba situado al noroeste de un país que esta bien al sudoeste de Europa, siempre tomando como referencia el planisferio conocido.
Supongo que ya tus imágenes encontraron la dirección. Bueno por allí.
Dada la zona y estación hacia calor, pero ese calor propio de esos lugares, que es seco, sereno y (para mí) muy agradable. Imagínate, caminaba mansamente por calles solitarias y tranquilas. No pasaban autos; no había gente, creo que todos dormían.
Allí estaba solo en una hermosa noche de verano, en ese raro lugar, que además estaba rodeado de altas sierras verdes y que el diáfano cielo enseñaba un múltiple tapiz de estrellas. Tenía la sensación de que la noche y sus estrellas, las sierras, el suave viento que llegaba desde lo alto y el silencio de la ciudad eran un espectáculo inmejorable, todo estaba bien y me sentía alegre y satisfecho, mientras seguía caminando en dirección a la casa que me hospedaba.
Poco a poco, todavía lejos, comienzo a advertir una rara figura que avanza hacia mí. Pero, exactamente hacia mí. El camino era ancho y de un duro terraplén. Al tiempo la rara forma va perdiendo distancia, dado que ella venia y yo iba.
Para mi sorpresa se trataba de un animal, un cuadrúpedo, era... un burro blanco!
Ya a pocos metros, el burro, se detiene, justo frente a mí, mientras serenamente y con pereza mueve su cabeza de lado a lado. Yo me quede paralizado, no era miedo, tal vez extrañeza. Me dije... solo falta que me hable... lamentablemente, no lo hizo…
Seguía parado allí, como mirando a sus lados, me corrí hacia el costado derecho y retome la marcha, a lo cual, el burro blanco, hizo lo propio, él en su dirección y yo en la mía. Cuando nos cruzábamos, lo mire con mucho detenimiento, con un deseo claro de recordarlo nítidamente.
Luego seguí mi camino, envuelto en esa risa solitaria, que uno desearía compartir con amigos.
RAP DESCONOCIDO
Lo que se leerá a continuación, llegó a mi casa en un extraño sobre. Nunca supe quien lo dejo -no vino por correo-. Lo llevo entre mis papeles desde mucho tiempo atrás, siempre esperando que alguien lo reclame. En todo caso, decidí incluirlo aquí, por si alguien lo reconoce como “aquello que perdí”.
Lo que se leerá a continuación, llegó a mi casa en un extraño sobre. Nunca supe quien lo dejo -no vino por correo-. Lo llevo entre mis papeles desde mucho tiempo atrás, siempre esperando que alguien lo reclame. En todo caso, decidí incluirlo aquí, por si alguien lo reconoce como “aquello que perdí”.
Necesito, por
otra parte, aclarar que no sé muy bien de que se trata. Quizás de la letra de
un Rap (sin ofender). Muy bien podría ser, una hoja de un diario personal. Quizás
un mensaje cifrado o la transcripción del “ruido mental” de alguien. Por ultimo,
también, se pudo haber interferido y copiado -de alguna extraña manera- las divagaciones
de algún pobre ciudadano en un mal día.
Como fuere,
lo expongo tal cual llego a mi puerta, para que cada cual adhiera o agregue -si
quiere- alguna opción a ésta breve lista de posibilidades.
Por si fuera
de alguna utilidad, a mí, la lectura veloz de estas líneas, me facilitó suplir
la falta de puntuaciones y en general la aparente falta de coherencia.
“...me
levanto tarde, no me puedo bañar carajo, desayuno a los piques. Salgo con cara
de dormido a las 2 de la tarde, la gente me mira, me oculto, me enojo, se dan
cuenta de que me quede dormido. El metro no viene, tengo calor, no hay aire, el
vagón esta lleno de gente, temo no poder bajar cuando llegue a mi estación, me
enojo y maldigo, me decido a empujar, ahora tengo que hacer combinaciones, que
embole, no puedo mirar una mina porque un gil me tapa, porqué no se corre y
seguro que la mina toma el otro metro, todo mal, cuanta gente se te vienen
encima.
Plota y Roger
discuten, yo en el medio. ¿Que hago con los papeles? Tendría que tener una
novia. ¿Qué hago? Pienso en el futuro. ¿Qué quiero? Se me esta arrugando la
cara, el tiempo pasa.
Vamos a ver
un video, no funciona, que rabia, ¿quién lo rompió? Necesito trabajar y tener
algo de guita, tengo que volver a Urdan, los papeles? Voy a la casa de
Humberto, se dará cuenta y si no me da pelota. Esta me habla, quiero rajar, no
me gusta como habla y Rosendo no deja de hablar que pesado. ¿Qué dice Caco? No
lo entiendo. Voy a una fiesta, tengo que hablar con gente que no conozco. No me
interesa lo que me cuentan. No tengo ganas de coger. ¿Qué será? Quiero y no
quiero. Necesito una agenda. No pertenezco a ningún lugar. Ese boludo no quiso
parar a responderme una pregunta. No tengo bien preparada la charla. ¿Por qué no
puedo con ese archivo? Este me agarra el encendedor y me manotea los
cigarrillos. Como gastan los calentadores y este inconsciente tiene todos
prendidos. Estoy bien vestido, siento que la gente me mira. Tengo ropa que me
gusta pero no la uso. No se como funciona la lavadora. Tengo hambre y no tengo
tiempo para cocinar. Un bocata no me llena. Esa mina me mira, ¿Qué hago? Me da
vergüenza. Tengo un granito, me lo tengo que sacar ya. Le depilaría las piernas
a Plota!! Suena el timbre ¿cobradores? Me pone nervioso cuando esos dos hablan
en voz baja y no se de que. Tengo ideales ¿Cuando me voy a ocupar de ellos?
Tengo que escribir cartas. Estoy fumando mucho. En cualquier momento me duele
una muela. No tengo..."
Fuuuu!!!
(Exhalación final recomendada).
LAS PAPAS FRITAS
Un pueblo del
interior en el horario del medio día, en verano, presenta sus calles vacías, la
gente esta comiendo o descansando, por lo tanto, ausentes. Bueno casi…
En la vereda
de cemento estaba almorzando papas fritas recién hechas, uno de los pocos platos
que estaba permitido comer con las manos. Bien saladas y con ese sabor del
aceite que se usa solo una vez, exquisitas!
Con el paso
de los minutos la temperatura de mi manjar, no disminuía dado que el calor de
esa siesta de verano era muy fuerte. Allí estaba yo frente al camino de tierra,
la zona estaba desierta, no se escuchaba el más mínimo ruido, solo el crujir de
las papas en mi boca y alguna mosca, que atontada de calor pretendía robarle
algún movimiento a mi perro que pesadamente en un costado, hacia que dormía.
Todo esto era
un privilegio para mí, no comer en la mesa, tener mi comida preferida, comerla
con las manos, viendo como el aceite y la sal abrillantaban mis dedos y estar
en la calle, a la hora prohibida para los niños. ¡Qué más podía pedir!
Seguía en ese
instante hermoso, cuando a lo lejos a la izquierda del camino, veo doblar un
auto, seguido de una leve nube de polvo. El auto sigue avanzando, también parecía
afectado por el fuerte sol, que a esa hora caía casi vertical.
Mi mirada se
clava en el vehículo mientras se va acercando a donde yo estaba. El auto
celeste pasa frente a mí, no reconozco al conductor y veo como sigue en la única
dirección posible, hacia delante. Lo sigo con mi mirada, mientras se aleja cada
vez más, puedo escuchar su ruido a lo lejos. Llega a la curva obligada, dobla y
desaparece.
Se restablece
así el silencio de la siesta. Vuelvo a mis papas fritas, mientras veo que mi
perro, luego de un bostezo, me mira como interrogándome...
Siento que podría reclamar el "Rap desconocido" porque me es muy familiar. Pero no recuerdo haber perdido ningún escrito de esos. Ja!
ResponderEliminarExcelentes los cuentos Pablo.
Jajajaja!!! Muy bueno Heber. Muchas gracias!
ResponderEliminarCreo que ese sobre o uno parecido encontré yo también entre mis cosas... Tal vez me lo lleve accidentalmente de algún retiro o de alguna peluquería. La cosa es que tampoco nadie lo reclamó todavía. También sospecho que puede ser alguna especie de duende o ser maligno que anda repartiendo sobres por ahi... pero la mitología new age no se me da muy bien...
ResponderEliminarMe tranquiliza saber que hay otros sobres por ahí... Gracias Seba!!!
EliminarJajajaja
Muy lindos los cuentos. Gracias por compartirlos.
ResponderEliminarGracias!!
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