El tren que debía tomar cerca de la medianoche, atrasó su partida siete horas, éramos unas doscientas personas, ahí estábamos, esperando y creyendo que en cualquier momento comenzaba el viaje hacia nuestro destino…
Parte de esas horas de espera, a la madrugada, las pase en un vagón casi vacío y a oscuras. Dormía y luego me despertaba, para ver si algo de la situación había cambiado.
Entraba y salía gente del vagón, a la que no podía ver más que como a sombras. Escuchaba voces en inglés, ruso, algún acento latinoamericano y por supuesto el acento de los de aquí.
Mi estado era de espera y somnolencia, con esa sensación de no tener apuro, no poder ir a ningún otro lado, la resignación propia en la que se suele entrar en ese tipo de situaciones.
En algún momento alguien se sentó en el asiento de adelante y casi de espaldas a mí, comenzó a hablarme con cierta velocidad, lo escuche y horas después transcribí lo que recuerdo de lo que me dijo:
“En este desierto es difícil saber cuál debe ser la orientación, el sentido. Esas pequeñas “gotas de agua” que eventualmente caen sobre ti, son muy valiosas. Te dan indicios de la dirección hacia el manantial…Parte de esas horas de espera, a la madrugada, las pase en un vagón casi vacío y a oscuras. Dormía y luego me despertaba, para ver si algo de la situación había cambiado.
Entraba y salía gente del vagón, a la que no podía ver más que como a sombras. Escuchaba voces en inglés, ruso, algún acento latinoamericano y por supuesto el acento de los de aquí.
Mi estado era de espera y somnolencia, con esa sensación de no tener apuro, no poder ir a ningún otro lado, la resignación propia en la que se suele entrar en ese tipo de situaciones.
En algún momento alguien se sentó en el asiento de adelante y casi de espaldas a mí, comenzó a hablarme con cierta velocidad, lo escuche y horas después transcribí lo que recuerdo de lo que me dijo:
Si las confundes puedes desviarte, si no estás atento, esas “gotas” se evaporaran al poco de caer sobre ti y apenas si las recordaras…
Si las consideras valiosas, sus pistas hidratarán tu búsqueda y la harán refrescante y vital. Son partículas, pizcas, pero si las necesitas serán promesa de abundante agua.
En la noche y sediento puedes confundirte y tomar un grano de arena como si se tratara de gotas y desviarte del camino…
O bien en el día, estar tan obsesionado persiguiendo algún espejismo, y no advertir la aparición de aquellas “partículas” y dejarlas por ahí, ciego por un “sueño despierto” por el que puedes estar atravesando…
Su volumen no tendrá lugar, si en tu cabeza hay ensueños de grandes oasis…
Este camino no está en los mapas de los hombres, no responde a convenciones.
No importará que las “gotas” vengan del sur o del norte o de cualquier dirección, siguiéndolas encontrarás el camino hacia la fuente y podrás beber de sus aguas…”
Ahora mismo, no estoy seguro si lo viví o lo soñé…
Septiembre 2012
Poeta!! Me ha encantado leerlo, vienen potentes imágenes... Un abrazo Pablo!
ResponderEliminarDavid!! Un gran abrazo.
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