Mi amigo me contaba todas las pequeñas precauciones que tomaba desde que apoyaba la cabeza en la almohada, tratando de dormirse, hasta el día siguiente, cuando se levantaba y transitaba esos minutos hasta estar finalmente listo para emprender el día.Comentaba que todo lo que pasaba en ese "tiempo" está subestimado y no se lo cuida lo suficiente. Ese sustrato matutino es, para él, el sostén de todo lo que sucederá en el día o lo que va a recibir los acontecimientos. Como él decía: "es la estantería que va a recibir los tarros".
Si bien esto no afectará la vida, solo ese día, y aunque uno salga "mal trazado" en algún momento eso se puede revertir... Sin embargo, sin teorizar mucho, lo que realmente tenemos es el día y lo que vivimos en él. Luego, eso se va convirtiendo en memoria e iluminando también la imaginación.
"¡Sí!", afirmó, "hay diversas perturbaciones que se pueden disolver o atenuar si el tránsito de ese tiempo (el sueño y el levantarse) se hace con cuidado".
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