Voy a describir una secuencia de hechos respetando la “linealidad” del tiempo, es decir, el pasado esta “atrás”, el presente “aquí” y desde él hacia “adelante” el futuro, esto es, fue y será así!
Este antiguo fundamento, sostiene los límites de mi comprensión, aunque a veces, parece que “Cronos” se distrae y tal “cimiento”, por unos instantes parece diluirse en las “profundidades” donde vive, haciendo tambalear mi conciencia, dejada ante lo inexplicable, lugar que rápidamente trataré de abandonar para volver al viejo y limitante “cosmos”.
No se trata de anécdotas o situaciones que revistan de alguna importancia, por el contrario, son simples recuerdos, que cualquiera puede tener. Pero en su secuencia mostraron una pequeña rareza.
Entonces, aquí los hechos y secuenciados como debieron haber sucedido:
1. Llegando a Buenos Aires, el hijo de Fernando, Joaquín, luego de saludarme, sigue jugando, con unos pequeños muñequitos de 2 o 3 cm, hechos en plástico. Le pregunto sobre estos y me responde, esperando que yo entienda, que son “Gogos” y que es con lo que los chicos de su edad juegan.
Me recomienda que a mi vuelta, le lleve de regalo a mi hijo –Leonardo- esos juguetes, me digo: eso haré. Siempre es agradable “adelantarse” a algún pedido que provendrá de los niños…
2. Llegado a mi casa le doy los Gogos a Leonardo, él algo sabía, con lo cual fue muy oportuno el presente. La idea de Joaquín había sido acertada.
3. Pasado el entusiasmo inicial de jugar con los muñecos, Fernanda, la madre de Leo, le propone mirar en la página Web de los Gogos, para saber cuantos personajes diferentes tiene la colección, dado que cada uno era particular.
Lo hacen y en la introducción de la página, explican que estos muñequitos están inspirados en las “tabas” de los niños de la Grecia antigua, estos objetos en su momento, consistían en huesos de cordero. Con cierta cantidad de ellos hacían sus juegos, hace unos 2000 años atrás. También aparecen estos juguetes en algunos testimonios de la Roma antigua.
4. Por ultimo, el mismo día de estos eventos, estoy leyendo sobre el “clasicismo”, tratando de saber en que consistió. Para ello me apoyo en una enciclopedia que estaba en la biblioteca. Durante años este libro, no cumplió ninguna función más que contribuir a vestir la “desnudez” de los estantes.
Sin el interés de leerla toda, fui haciendo “vuelos rasantes” sobre el texto y las imágenes que había allí. En una de esas fotos había unas vasijas de buen tamaño que con ilustraciones, mostraban escenas de la vida cotidiana, en este caso –decía la nota- a unos niños jugando con sus “Tabas”.
Por otra parte, me sorprendió enterarme que la Taba, tenía un origen tan antiguo.
En algunas zonas de Argentina, el juego con este objeto, que consiste en un hueso del pie vacuno, que es arrojado por tierra y que de acuerdo a como cae tiene diferentes significados que llevan a ganar o perder el juego. Este objeto y el juego son parte del folklore y la tradición.
Fue introducido por los españoles en la región. Hay noticias de su prohibición (se jugaba por dinero) ya en el año 1600. Información ésta, que me pareció curiosa y a viva voz compartí con Fernanda.
Hasta aquí la secuencia “lógica” que me permitiría “dejarlo atrás” como unos recuerdos de esos que se van olvidando con el pasar de las horas y que no inquietan.
Sin embargo, eso no fue posible, aun sin dejar de mantener cierta coherencia los hechos no tuvieron esa linealidad y las secuencias sucedieron con otro orden, razón por la cual se trató de un hecho “perturbador” . Se desarrollo de este otro modo:
1. Contacto con los Gogos a través de Joaquín en Buenos Aires.
2. A los días, regalo los Gogos a Leonardo.
3. Leo la enciclopedia y le comento a Fernanda el origen de la taba folklórica.
4. Por último entran a la Web y se encuentran con la explicación de que los Gogos son inspirados en las tabas de los niños griegos.
Aquí se ve, a diferencia de la anterior secuencia, que el punto 3ero sucedió antes que el 4to, con minutos de diferencia y en un contexto que nada tenia que ver con los Gogos.
Acabo de escribirlo y me cuesta encontrar lo extraordinario que viví cuando estas situaciones se produjeron. Felizmente tomé notas en aquel momento y hoy puedo reconstruirlas en parte, aunque la extrañeza que sentí en su momento, la percibo lejana, como si ya todo se hubiera normalizado, o sea todo se acomodó a la “linealidad del tiempo”.
Sin embargo en aquel momento, fue algo “perturbador” por no encontrar explicaciones racionales, ni bastarme la “casualidad” para resolverlo.
Recordé en ese momento, un video de Silo sobre “la experiencia”, en la parte que afirma: “…nosotros entramos ahí…” explicando la dirección de profundización de experiencias extraordinarias o fuera de lo habitual.
Intenté a mi modo, profundizar en la sensación de inestabilidad de la razón que aquel día sentía y accedí a una especie de vacío, prolongado por el desplazamiento intencional que fui haciendo de toda explicación, que mecánicamente disparaba mi psiquismo.
En ese lugar surgió una intuición clara de espacios y tiempos caóticos, que la cultura humana fue ordenando a su modo, en un relato, este intento puso un orden: pasado, presente y futuro. Pero no por ello, trasformó la esencia del tiempo que sigue libremente exigiendo los limites de la razón.
Diciembre 2011
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