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Relato de experiencia

jueves, 14 de marzo de 2024

La demanda de tiempo, en general, creciente para tratar de atender las necesidades básicas; la atmosfera social contaminada de violencia; la estimulación consumista o de bandos constante a través de los instrumentos tecnológicos y otras situaciones más, atentan contra las personas. Particularmente en su espacio, su silencio, su reflexión, etc. Esta dinámica se ha venido acelerando y no pareciera detenerse, sino continuar en aumento.

Todo esto, que se puede sintetizar como una “situación desestabilizante”, reclama sumar algo que apuntale una adaptación creciente. Pero, por la misma complejidad de la situación actual, algo que esté a la mano y que no requiera una gran inversión de tiempo o de aplicación.

Así llegamos a la conclusión de comenzar por lo básico: manejar la atención o intentar que ésta esté dirigida por uno.

Comenzamos con algunas lecturas y un grupo de intercambio sobre el tema. Nos propusimos “sintonizarnos” diariamente en algún horario como factor de ayuda en medio de la cotidianidad. De los resultados e intercambios de este grupo, aquí no se hablará, pero como sí formo parte de la experiencia que describiré, no puedo obviar la mención de todo esto.

En particular, la lectura de esta charla, mostró una nueva faceta del trabajo atencional, como suele pasar cada vez que uno relee algo ya leído.

Aporte sobre la Atención (Aporte de una Charla con Mario. Mendoza, septiembre 89)

“…Estamos hablando de un diferente comportamiento mental. Que, sin duda, marca diferencias con el comportamiento mental habitual que observamos a nuestro alrededor.

Nosotros observamos a nuestro alrededor un comportamiento mental muy determinado, muy poco manejado, muy poco claro y, por supuesto, muy poco potente.

Parece que podemos asumir un comportamiento mental, que es también conducta un comportamiento mental que tiene su rédito en esto de la reversibilidad, la crítica, la autocrítica y de la potencia en el pensar…”

Esto de definir a la atención como un “emplazamiento mental” más que una técnica o practica fue un descubrimiento.

Así, buscando este modo de ponerse, en algún momento logré mantener un estado atencional fluido y sin esfuerzo que transitaba normalmente por los niveles de conciencia. Leía “entre líneas” todo lo que escuchaba. Hasta que resultó un modo de estar abrumador, donde casi nada tenía brillo, había falsedad, mentira, se repetían las mismas cosas, una aburridera, etc.

Tuve un suave deseo de volver a la dormidera, a un nivel donde sea posible, aun con idas y vueltas, créese el mundo…

De tal manera que volví a mi estado habitual, sin embargo, me dije: ese nivel más “despierto” está muy cerca, no es lejano, aunque uno tiene que tener muy claro para qué llegar ahí. Con qué propósito.

Esta ausencia de un “para qué” real o experimentado ahora, hoy por mí, quedó en evidencia y así, sin problemas, retomé mi habitualidad.

Hasta que, en un día cualquiera, vino desde muy adentro esta certeza: porque estas esperando del mundo, es cierto que lo que te da, en general, es criticable, no vamos a discutir eso, pero podrías cambiar tu emplazamiento y, asumiendo que las cosas están mal, ver que podes aportarle al mundo.

Hoy creo que es muy difícil mantener ese emplazamiento de “recibir” mientras intento “despertar”, son caminos opuestos…

Septiembre 2023

Cerraron todas las puertas

Irónica press

By Roberto Recaliente


Sí, por lo menos en los últimos cuarenta años (tiempo aproximado del “pacto social” de vivir en democracia), se fueron cerrando todas las puertas que llevan a la posibilidad de lograr una vida digna para todos. Tras la esperanza vino la decepción y una nueva esperanza, luego otra decepción y así se llegó al:” que se vayan todos”, se cambió sin cambiar, se fueron sin irse, pero, nuevas esperanzas y más decepciones…

¿Cómo se logra un proyecto de vida? ¿Cómo se llega a tener una casa? Cómo se alimenta a una familia, cómo se hacen las cloacas, cuándo llega el confort, el agua. ¿El trabajo dignifica? ¿Cuál trabajo?

A estas alturas, se agotaron las salidas racionales, pero, a pesar de eso, se siguen buscando “salidas” …

La magnitud de la decepción y de la autocrítica necesaria, la marca el mismo personaje que es su síntesis: el Juan Nadie (hasta ayer) que consulta a su perro muerto…

No bastará culpar a personas, no bastará la autocrítica individual, también es necesario criticar el tipo de democracia y su funcionamiento.

Mientras suenan las alarmas que son activadas por lo que está pasando hoy, simultáneamente, hay que renovar las propuestas y esto será posible si se renuevan los individuos y conjuntos que pueden hacer algún aporte…

Robo de significados

Las palabras y los símbolos tienen algún tipo de identidad, en un caso dada por la lengua y en el otro por convenciones que se instalan. También los contextos donde se utilizan pueden alterar, reafirmar o tergiversar su significado literal o simbólico.

Por ejemplo, el octógono, luego de estar en un largo sueño geométrico de neutralidad, hoy simboliza una alerta de los excesos nutricionales de bebidas y alimentos.

La esvástica, después de formar parte de significados “religiosos” en pueblos muy antiguos (hay testimonios ornamentales en diferentes culturas). Fue tomada por los nazis, le sustrajeron ese contenido y sabemos hoy de su espantosa asociación.

Actualmente, se está ensayando una alteración del significado de la palabra “libertad”. Pareciera que ésta simplemente describe, en este nuevo contexto, a la voluntad del que “puede” por sobre el resto, amputando así otros contenidos incluidos en su significado…

¿Qué pasó con la normalidad?

Explotó por los aires. En su remplazo está esto…

¿Qué tiene de normal, lo que estamos viendo? Algunas cascaras y la resignación de tratar de aceptarlo.

Esto no comenzó ahora, viene sucediendo hace varios años, pero como todo, se fue intensificando y hoy es casi intolerable para muchos. Luego, los otros, se adaptan rápidamente al descontrol y le sacan algún provecho, aunque algo les va sucediendo en el psiquismo…

Se pueden enumerar los indicadores de pérdida o ausencia de normalidad, para no confundirlo con cambio cultural, no es cambio cultural perder la razón, esto es lisa y llanamente, locura, individual o colectiva.

También hay que reconocer que la normalidad que se tenía no era de buena calidad, había muchas cosas que era necesario cambiar (aquí por favor no entrar en lo K o lo anti K) había un mundo antes, que era necesario humanizar, ahora, pareciera necesario enquiciar (está fuera de quicio) como comienzo…

No será tratando de restaurar lo pasado como si hubiera sido una paradisiaca normalidad. Será tratando de atender a lo que es real para cada uno, real como experiencia para que esa sea la nueva normalidad a tener en cuenta y no dejarse arrastrar por el desconcierto y la locura.

Qué tiene de normal la guerra habiendo tantas vías de comunicación, tantos mediadores desinteresados. Se dirá que, por dinero, que tiene de normal que mueran los propios e inocentes de los bandos para tener más dinero.

Qué tiene de normal la mentira institucionalizada, periodística, empresarial, política, judicial, se dirá: es todo por poder y dinero, pues, qué tiene de normal arrasar con todo para conseguir eso.

Si al mundo lo maneja o lo influye gente que solo le importa el dinero, su verdad, su posición, etc. y no le importa la gente ¿Qué tiene de normal esto?

¿Haría algo de esto cada uno de nosotros por dinero? Creo que no, pues no estaría leyendo esto, estaría seguramente afectando la vida de alguien… por dinero.

Se podría seguir y creo que cada cual podrá sumar algún aspecto. Lo cierto es que, para no caer en la locura generalizada, hay que tener de qué agarrase y hacerlo rechazando la falsa normalidad en la que nos quieren meter...

“El portal”

domingo, 10 de marzo de 2024

Este texto pretende compartir el proceso que surgió como respuesta a una frase que me causó inquietud y que no pude ignorar. Sentí que la afirmación que se hacía cuestionaba algo fundamental y, lejos de enojarme, me motivó a profundizar. Como sabemos, las preguntas y la búsqueda de respuestas a los temas fundamentales, ocupa un lugar de importancia en nuestra Doctrina.
Después de asistir a una entrevista de un paleontólogo divulgador de la ciencia, quien mencionó algunos autores y modelos científicos que lo inspiraron, incluyendo a Jacques-Lucien Monod, biólogo y bioquímico francés galardonado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1965, por sus descubrimientos sobre el control genético de la síntesis de enzimas y virus. En particular, se refirió a un libro de Monod titulado "El azar y la necesidad" (1970) y citó una frase que, según él, era la conclusión fundamental del ensayo: "El antiguo pacto está hecho pedazos (animismo/religiones); el ser humano sabe por fin que está solo en la inmensidad insensible del universo, de la cual surgió solo por casualidad. Su destino no está definido en ninguna parte, ni es su deber. El reino está arriba y la oscuridad abajo; él debe elegir" (objetividad).

Esta conclusión me impactó y rondó en mi cabeza durante semanas. Era una afirmación difícil de refutar desde la objetividad, pero para mí, incompleta. No era fácil rebatirla desde el punto de vista narrativo, pero sí desde el aspecto emotivo. Esta experiencia continuó resonando en mí hasta que, después de algunos días, surgió lo que considero una respuesta a ese "sí y no" que experimenté.

Además, me permitió darme cuenta de cómo las creencias influyen en los momentos históricos y no se limitan a un laboratorio. Aunque esta visión científica no puede considerarse "la causa", es plausible suponer que es congruente y concomitante con muchas de las creencias y acciones vistas en el mundo, al menos, en los últimos 120 años.
Los “argumentos” no siempre coinciden con los “temas” pueden permanecer solo como ideas sin encaje, pero cuando coinciden con lo que se siente -aun difusamente- surgen las posturas y las acciones que, sin una explicación fundamentada, llegan a “la plaza pública” y se proyectan a la vida.

Lo que consideré una respuesta:

Vivimos en un universo y una galaxia inconmensurables que nos muestran indiferencia hacia nuestras necesidades, urgencias y aspiraciones. Las mejoras en la vida de las personas han surgido de almas humanas que han llevado el intento de mejora al mundo, con sensibilidad y compasión hacia los millones de desconocidos, presentes y futuros. ¡Por eso el humanismo!

Dependemos de nosotros mismos (los humanos) y no parece atinado esperar por cosas que están "fuera". ¿Qué tipo de dios se puede sostener en el estado actual de las cosas? ¿Cuál de todos tiene la razón el de Palestina o el de Israel? ¿El de la inquisición o el que hoy atiende en el artilugio territorial de Europa? ¿El impacto de un terremoto es un castigo, cómo es que existe tal indefensión?

Si hay un plan, una intención en el Cosmos, si la Vida tiene una dirección, o si existe alguna forma o inteligencia asimilable a dios o a dioses, se expresa a través del ser humano y sus acciones. Humanizando la naturaleza, humanizando el mundo, humanizándonos.

Quizás, esperar algo de los dioses sea frustrante, ya que podrían haber hecho su parte en los comienzos más remotos y para ellos solo ha pasado un segundo. Su indiferencia o lejanía puede ser simplemente una forma muy diferente de manejar el tiempo, el nuestro con el de ellos, una cuestión de escalas, como nos testimonia el universo y su tamaño.

Tal vez están esperando que el ser humano realice todo aquello que se espera de ellos.

¿Entonces que opciones hay?

En este contexto, el siloismo, constituye un dinámico portal histórico que permite dejar un mundo atrás y al atravesarlo, entrar en uno nuevo.

La Doctrina, abre el futuro, integra el cuerpo (biología) como prótesis de la intencionalidad.

Da un nuevo marco donde hay amor al cuerpo, a la naturaleza, a la humanidad y al espíritu.

Lejos de priorizar los argumentos dogmáticamente, propone la meditación y la experiencia como camino para que cada cual vaya obteniendo las respuestas.

Finalmente define una dirección, señala un espacio y una posibilidad que fue definida como: “lo profundo”. Así, quizás la opción más interesante que queda y con un “alegre sentido”, sea seguir en el intento y la profundización de experimentar instantes de ese tiempo o acercarnos a los bordes de ese espacio…

La foto del Portal es de "Parques de Estudio y Reflexión Carcarañá", Lucio V. López, Provincia de Santa Fe, Argentina.

Momento

viernes, 8 de diciembre de 2023

 La conciencia encerrada en el hastío busca respuestas que liberen esa presión y desde ese estado no se miden las consecuencias de las aparentes salidas/catarsis. Por el contrario, cuando las propuestas se experimentan como una repetición que aumenta el hartazgo serán rechazadas y degradadas. Es este estado de la conciencia, parte, de lo que tracciona el momento y como tal es explosivo, violento e impaciente (no tiene tiempo).

Para los que están en esto, se les puede abrir una ventana temporaria que les quite la tensión interna. Para los que no la comparten, se les puede oscurecer el mundo.

Los primeros han ganado una nueva expectativa, los segundos están recalculando…

Cuando al mundo se lo ve como “invivible” (sin bienestar ni posibilidades) avanza la conciencia emocionada y la fuga en cualquiera de sus formas. Por esto es fundamental abrir el futuro, poco o mucho y apegarse a los proyectos hacia las mejores aspiraciones.